Empezó todo muy bien. Tanto el trato por teléfono como la atención cuando vinieron a hacer el inventario. Les expliqué toda mi situación y les dije que yo nunca había hecho una mudanza tan grande por lo que no sabía decirles exactamente cuántos bultos serían. Javier dijo que no era una mudanza difícil, que parecía que serían unos 50 bultos aunque yo le comenté que creía que serían más, pero bueno, que él así ya tendría una idea.
Llega el día de la mudanza y vienen 3 señores que, en principio, todo bien. A media mañana nos dicen que ellos ya tienen lo que ponía en el inventario en la furgoneta y que se van. Aún habían cosas en casa para cargar y mi pareja y yo teníamos que abandonar el piso ese mismo día. Nos dicen que cada bulto de más son 3 euros (cosa que no se me i formó en ningún momento) pero no podíamos negarnos así que les decimos que carguen todo y cobren lo que sea pero resulta que la furgo solo tenía capacidad para el inventario pactado cuando, el día que se vino a ver todo, ya se habló de que siempre hay más bultos de los previstos. Al ser domingo (que tampoco me dijeron que fuese un inconveniente) me dijeron que no tenían marge de maniobra y que, en todo caso, recogerían lo que quedaba al día siguiente. Imposible, teníamos que abandoran el piso. Me vi obligada a alquilar un fugoneta pequeña para acabar de cargar lo que faltaba.
Al final pareció un problema de comunicación puesto que me dijeron que tendría que haber avisado de que eran más bultos de la cuenta. Pues bien, yo considero que son ellos los profesionales, los que deberían prever este tipo de situaciones y asegurarse de que el inventario es el correcto puesto que estuvieron en mi casa y dije muchas veces que yo no había hecho antes una mudanza grande y que me iba a otra ciudad a vivir por lo que obviamente el piso quedaría vacío.
Siento tener que dar una mala valoración pero creo que pagué un precio más que razonable como para haber evitado tantos problemas.