Hadit Arquitectos

Estimado Alejandro. No podemos ofertarle porque no hacemos reformas.

Estimado cliente, no entendemos su crítica cuando ni siquiera nos ha dado opción de ofertarle el servicio que solicita. Después de proponerle un cambio en la fecha de la visita que habíamos concertado, debido a un imprevisto, nos ha respondido usted con un email muy grosero y desconsiderado. Es por ello que, amablemente, le hemos contactado por teléfono y, como ha seguido tratándonos con altanería y desconfianza, le hemos comunicado educadamente que declinábamos la posibilidad de ofertar el trabajo, a pesar de que hemos dedicado mucho tiempo a estudiar, gratuitamente, la documentación que usted nos había remitido.

Un saludo cordial.

- El 26/11/2015 firmamos con D. Ignacio la Hoja de Encargo del proyecto y dirección de obra de una vivienda unifamiliar adosada. Tras la firma se nos abonó la factura de anticipo contemplado en el contrato (se adjunta copia de la Hoja de Encargo).

- El 10/06/2016 el CTAV visó el Proyecto Básico y, a la entrega del mismo, emitimos la factura del importa de la Fase I según la Hoja de Encargo, descontando la cantidad abonada a cuenta.

- El 09/11/2016 remitimos al cliente por email los planos de cimentación y estructura y las mediciones de esta partidas con el fin de que pudiera solicitar ofertas de estos capítulos de la obra .

- Como el cliente manifestó disconformidad con la solución de cimentación planteada con una losa, nos solicitó que replanteáramos la misma con zapatas, incluyendo algunos cambios en el diseño estructural. El 28/11/2016 le remitimos un email con los nuevos planos de cimentación y estructura con sus mediciones, así como los planos de instalaciones eléctricas y de telecomunicaciones. Al mismo tiempo le comunicamos por teléfono que los resultados obtenidos al realizar los cálculos justificativos del HE-0 y HE-1 del DBHE del Código Técnico, nos obligaban a colocar un recuperador entálpico en el edificio (se adjunta fichero HULC definitivo), debido a la gran superficie de transmisión que suponían los cerramientos proyectados según los requerimientos de diseño tan particulares especificados por el cliente. Ante ello, y dado que habíamos planteado dos soluciones distintas de cimentación, así como unos espesores de cerramientos y aislamientos más grandes de lo habitual, el cliente nos comunicó su intención de tomarse un tiempo de reflexión para tomar la decisión definitiva. Por lo que, terminamos de elaborar los planos de distribución, alzados y secciones, adaptados a los resultados del programa HULC y dejamos el proyecto paralizado hasta recibir la orden de continuar por parte del cliente, que nos recibimos.

- El 11/01/2017, el cliente nos solicitó que le enviáramos los ficheros dwg del proyecto básico y del proyecto de ejecución con el fin de poder hacer él unas comprobaciones y proponer algún ajuste en el diseño (cabe decir que el cliente es ingeniero y sabe manejar los programas CAD).

- Finalmente, el día 17/03/2017, el cliente nos llamó para pedirnos la renuncia por estimar que no habíamos sido diligentes en nuestro trabajo, cuando la realidad es que estábamos a la espera de que el cliente tomara la decisión sobre el tipo de solución constructiva a adoptar.

- Nuestra opinión personal es que el cliente nos pidió los ficheros dwg con el fin de remitírselos a otro compañero arquitecto y que éste le presupuestara la continuación del trabajo una vez conseguida nuestra renuncia sin abonarnos el trabajo realizado hasta la fecha, ya que estimaba que éramos demasiado escrupulosos en el cumplimiento de la normativa urbanística municipal y del Código Técnico. Evidentemente, hemos sido siempre estrictos en el cumplimiento de las normas urbanísticas y de las normas básicas de la edificación, como no puede ser de otra manera.

Por todo ello, no estábamos dispuestos a renunciar al proyecto sin que antes el cliente nos abonara el importe adeudado por los trabajos realizados hasta la fecha del proyecto de ejecución y entregados al cliente como hemos explicado. Es por ello que reclamamos el abono del importe de la parte del proyecto de ejecución realizado hasta la fecha (un 80%), tal y como se indica en la cláusula correspondiente del contrato que firmamos con el cliente.